SED DE MAL

 

 

 

 

 

 

 



La entrada de la película es brutal.

El efecto de cámara alejándose de algo raro y el mambo que da vida a la calle por la que se pasea la pareja protagonista es inenarrable. No se puede empezar con más fuerza. En seguida hace acto de presencia un Orson, apestoso y xenófobo, con pinta de crápula. Luego un Heston-mexicano, con un bigote que le hace pronunciar peor el español con el que se prodiga en cortas frases, pero lo habla. Janet Leigh: asombrosa su manía de entrar en moteles de carretera… Entretanto Orson Welles se ceba como su puerco, Marlene Dietrich le contempla y casi masticando un cigarro de su boca con infinito hastío, como lo que es, un cerdo apestoso.

Todos extraordinarios en esta asfixiante y gran obra de culto que es SED DE MAL.

 

 

 


Historia policíaca en la que el propio Welles comentó que desgraciadamente se había hecho viejo de una forma patéticamente prematura. Con este hombre, profesional único, mítico donde los haya, tenemos servida otra adoración del cine americano a la flaqueza del hombre ante la botella. Y la historia se sucede mientras el mal nacido capitán, en otros tiempos, el magnate CIUDADANO KANE, se ahoga en brandy. Amén de la demostración fehaciente de lo que él mismo comenta sobre las fronteras: "las peores historias ocurren al borde de la frontera"... Bienvenidos todos a Tijuana... Insólito el planteamiento por denunciar la corrupción inherente a las fronteras echándose una historia de ida y vuelta y no siempre en única dirección hacia el patio trasero, como ocurre a día de hoy, muchos años después del rodaje de esta cinta,  en “Traffic” y “Babel”, donde los villanos son eternamente los mexicanos y además se colorean en tonos sepia las imágenes…!!No!!... Aquí no.... Aquí dan asco. Con un guión en algunos momentos tan retorcido que es imposible no caer en la duda sembrada por un cártel de corruptos y un plantel de planos imposibles, profundamente estéticos y arriesgados en las escenas de mayor acción e intensidad, por ejemplo Vargas desesperado pegando brutalmente a los mexicanos en el club....Para el año 58, resultó todo un acontecimiento y se la considera hoy en día como ejemplo de como debe hacerse una obra de culto. Lástima que Vargas permita que se perpetre la infamia sobre la única víctima inocente de esta historia de ambición, dentro de un cine negro, pensado y dirigido por Orson Welles...

 

 !!!Absolutamente imprescindible!!!.


Tal vez por eso le pregunta Marlene a Orson:



-" ¿Te echo las cartas, no?, Es tu destino bastardo, por perder el bastón"-

 


Sin lugar a dudas en el plano secuencia inicial Orson Welles demuestra que fue un adelantado en el manejo del lenguaje cinematográfico y que es sumamente recomendable prestar atención y seguir esa cámara que va registrando un dominio asombroso de la puesta en escena. No hay dudas que Welles desde lo técnico sobrepasa cualquier expectativa y más aún si uno toma en comparación obras de su época. Además en esta cinta realmente asombra cómo despliega un sórdido policía que no ha envejecido ni una pizca y que deslumbra por su modernismo visual, mantiene la tensión en todo momento y posee los giros narrativos necesarios para impactar en su narración. La cinta aborda un tema policial intenso, cine negro por excelencia con circunstancias llenas de corrupción y que tambalea perfectamente entre lo legal y lo ilegal. Sórdida atmósfera, oscura fotografía que nos traslada a ambientes viciados en una especie de fermentación ética. Personalmente y como estudioso del cine, les estoy hablando de un film incontestable, tanto en lo técnico, como por su altísimo grado de innovación. Un agudo ejercicio de intriga criminal y de psicología policial de gran densidad narrativa. Es totalmente recomendable su visión en estos años para apreciar el oficio de un hombre que fué un maestro en su oficio. Es obligatorio tenerla en un lugar sobresaliente en nuestra filmoteca y un orgullo para cualquier cinéfilo..


Barroca hasta el paroxismo, “Sed de mal” es la mejor película realizada por Orson Welles. La razón de que el maestro filmará esta joya del cine la tiene Charlton Heston. En en un primer momento Welles sólo estaba contemplado para interpretar a Hank Quinlan, policía que camina pesadamente entre el filo de lo legal e ilegal para lograr sus propósitos; pero Heston, en la cima de su carrera, entendió que debía ser Welles quien lo dirigiera y aunque no era así mantuvo esta exigencia y logró que el maestro filmara una de las mejores películas de la historia del cine. Intriga criminal desarrollada en un pueblo fronterizo entre EE.UU y México, que enfrenta a un Quinlan, amargado y fascista, con su contrario, Vargas, inquebrantable en su honradez y limpio en sus métodos. La primera secuencia ha pasado con justicia a la historia del cine. Un plano de casi tres minutos que comienza con el detalle de una bomba de relojería, recorriendo todo un lenguaje cinematográfico hasta terminar en la explosión que iniciará la intriga y la llegada del fascinante Hank Quinlan. La película es un ejercicio alucinógeno, con una atmósfera pesada, genialmente fotografiada por Russell Mety, que nos transportará a un universo putrefacto, con encuadres que subrayan desde la trama a las características de los principales personajes. Esta puesta en escena, llena de planos asombrosos y movimientos de cámara nada gratuitos, de una modernidad asombrosa, destilan la savia que sólo un genio como Welles poseía. Muestra de esto, sería la última secuencia, un ejercicio visual y sonoro que resume el tono alucinante que preside esta película de cine negro. La interpretación de Orson es estremecedora, llena de una hondura psicológica que logra acercarte a ese ser monstruoso que es Quinlan. También encontramos a una Janet Leigh, convincente, como esposa del comisario Vargas y también acosada en un motel; y a un Akim Tamiroff como el mafioso mejicano, Tío Joe Grandi. Cuenta también con una serie de colaboraciones: Mercedes McCambridge, Cotten, Zsa Zsa Gabor y una siempre excitante y misteriosa Marlene Dietrich, como la gitana Tanya, en un pequeño papel que llena toda la pantalla, cerrando esta historia con una frase que resume toda la película:



-"Un buen hombre, un mal policía"-.

 



Documentándome antes de escribir, me gustó la opinión de "Cahiers du cinéma" que en el momento de su estreno la definió como “la mejor película de serie B que jamás se haya hecho”. Y es que si por un momento nos abstraemos de que se trata de una película de Orson Welles, y del plano inicial...Mi impresión personal, y reitero lo de personal,  porque no quiero ofender a nadie, un film con una trama caótica, que me enganchó y que roza la perfección de las obras de culto..



Orson Welles retornaba a Hollywood, tras un exilio de 10 años, para certificar el principio del fin del sistema de estudios y rodar el testamento fílmico de un genero emblemático como el cine negro que moría en la cumbre con esta joya absoluta e intemporal del cine que es “Sed de mal”. Contratado como actor, la insistencia de Heston, ya lo comento anteriormente, que solo aceptaría protagonizar el film si lo dirigía Welles, eso permitió transformar lo que probablemente hubiera sido un mediocre thriller en uno de los films más fascinantes, contundentes y poderosos de la historia. Un Welles deslumbrante y omnipresente en su papel del corrupto policía, un hombre marcado por el pasado, domina el film. Desde la  grúa que abre el film con ese plano-secuencia de casi cuatro minutos de duración -de obligado estudio en las escuelas de cine- hasta el violento, estremecedor y trágico final, de una fuerza visual y un lirismo anonadantes, asistimos a una profunda reflexión sobre la ambigüedad de la conducta del ser humano, la honradez y la corrupción y el dilema moral entre respetar la ley o hacer justicia a cualquier precio. Film perverso, de una puesta en escena visual subyugantes "Sed de mal" es un arriesgado ejercicio de estilo sustentado en planos con angulaciónes y travellings imposibles, con picados y contrapicados de una eficacia aplastante en su función narrativa, potenciados por las luces y las sombras de la fotografía en blanco y negro de Russell Metty y la música de Henry Mancini. La sobrecogedora interpretación de Welles encuentra en la de Heston, en un atípico rol de policía mejicano, el adecuado contrapunto. Una de las mejores películas de todos los tiempos, “Sed de mal” es el brillante de la filmografía de un genio, que fue siempre un rebelde con causa y a quien los mezquinos y mediocres capitalistas de Hollywood jamás perdonaron su osadía y su talento.


Obra maestra absoluta del cine para ver mil veces, obligado en V.O.


Diez años después de Macbeth, Orson Welles volvió a Hollywood y convirtió un proyecto de serie B en una colosal sinfonía barroca. Orson aceptó sin haber leído la novela de Masterson, una historia cruel que, rompiendo su estructura lineal, sacó un primer guión en dos semanas. Los productores colocaron espías durante el rodaje en California, y prohibieron a Welles filmar en México. Rodaba de noche, reescribía de día y dejaba improvisar a los actores. La memorable intervención de Marlene Dietrich se grabó en una sesión; los productores conocieron la participación de la actriz al ver las proyecciones privadas...El genio luchaba por el control.
Vargas no tendrá de luna de miel, zarandeados en ese mundo repleto de miedos, confesiones arrancadas, pruebas amañadas e inculpaciones ficticias, dentro de un motel con encargado similar al de Psicosis. Melodías de una pianola de otro tiempo salen de un solitario cabaret, regido por la gitana Tanya, de mirada lánguida, echadora de cartas. En la fatídica hora del montaje aparecieron los problemas. Hoy existen tres versiones diferentes de “Sed de mal”. La de 1998 tiene la secuencia inicial limpia. El montaje planeado por el cineasta es fragmentador, Orson satura el relato con su estilo exuberante: cámara móvil, incansable; angular, picados, grúas, cielos negros, sombras humanas por las paredes, focos de luz en el suelo, lámparas oscilantes, neones intermitentes… Continuas sacudidas para crear una atmósfera sin respiro. Extraordinaria la fotografía de R. Metty, recorre entero todo este repertorio impresionista y que a mi me fascinó la primera vez que la visioné Con el avance de la película, la idea entre fronteras se va cargando de una oscura palpitación: son las zonas donde bien y mal se entrelazan. En esa penumbra moral, un tipo socialmente deleznable puede ser visto como “un hombre extraordinario":

-" Qué importa lo que digan los demás“- Frase que Welles pone en boca de Marlene -.

 

 



Tras bordar como un maestro absoluto el film, Orson Welles abandonó Hollywood de nuevo, pero esta vez con un gran éxito de taquilla a sus espaldas.

Sed de mal presenta un mundo inquietante, poblado de personajes siniestros, malvados y crueles, movidos por la ambición y la crueldad. La atmósfera que se crea es angustiosa y perversa. La venganza, el odio, el chantaje, el secuestro, la violación y el asesinato se han adueñado de la ciudad. En este escenario se entabla entre Quinlan y Vargas una lucha feroz, que ejemplifica el enfrentamiento entre el bien y el mal. Welles es la figura del servidor público, pero deshonesto, brutal y diabólico. A través de él y de sus colaboradores se mastica la presencia del mal, con su poder destructivo. De su mano la verdad se transforma en ficción, la justicia en un capricho, el orden del más fuerte.

Notable film del genio Orson Welles. El aspecto técnico es una constante en Sed de mal; travellings y mucho movimiento para una película rodada en interiores durante su mayor parte. Quinlan es uno de los policías más desagradables que haya protagonizado nunca una película. Independientemente del aspecto técnico antes mencionado, para mí el mayor logro del film es la interpretación de Orson Welles. Un policía obeso, desagradable, prepotente y malvado jamás se vió en una pantalla de cine.... Virtud principal de este clásico. La fuerza de la narración principal se ve potenciada por el desarrollo de las terroríficas peripecias que en paralelo vive Susan, víctima de maquinaciones terribles. La obra plantea diversas cuestiones de interés, como el abuso de poder de la policía, la impunidad de sus actuaciones delictivas, la falsa percepción por parte de algunos de que la ley no basta para garantizar la justicia, la creencia de que la defensa de la justicia puede basarse en el uso de medidas injustas, ilegales y criminales, el fracaso del hombre poderoso, la posibilidad del arrepentimiento y la improcedencia de los prejuicios étnicos. Son impresionantes las escenas del arrepentimiento del policía corrupto, del secuestro de la chica, del asesinato del colaborador de la policía,  la explosión del automóvil y las sabias respuestas de la pitonisa al final.

Podría estar escribiendo sobre esta obra maestra mucho mas, pero solo os pido una cosa, visionarla ahora, en pleno siglo XXI, tal vez encontremos en nuestro cerebro casos, policías y muertes sin resolver....No estamos tan lejos de esos planos tan emotivos del comienzo del film.

Gran interpretación de Welles y mas que destacable la colaboración de Marlene Dietrich

 

 

!!! QUE GRANDE ES EL CINE MR.WELLES......QUE GRANDE !!!.